Saint-Simon y su concepción de la perfecta sociedad
Alejandra
López Camacho
El
desarrollo de las ciencias orientadas al conocimiento de lo humano y de las
estructuras sociales ha pasado por distintas etapas a lo largo de la historia.
Durante los siglos XVIII y XIX, las teorías generales de Claude-Henri de
Rouvroy, Conde de Saint-Simon, acerca del estudio de las organizaciones
sociales, se presentaron en la Francia posrevolucionaria como una etapa del
conocimiento de lo humano enfocado al propósito de encontrar leyes que vaticinaran
el futuro de las sociedades. Saint-Simon, el aristócrata arruinado, el oficial
de la guerra americana, el especulador de propiedades inmobiliarias y el
periodista, fue un escritor y pensador que incitado por los avances científicos
y los avatares de las revoluciones, americana y francesa, pretendió comprender
el desarrollo de las sociedades y establecer reglas que la organizaran. Pero si
bien existió una preocupación por reorganizar las sociedades transformadas por
las revoluciones, también existió el objetivo de estudiar la Historia de las
civilizaciones con la finalidad de establecer tablas del comportamiento
político, económico y social y leyes que pronosticaran el futuro.
Saint-Simon |
De
lo anterior se desprende que para Saint-Simon, el principio rector del progreso
social lo constituía el esfuerzo humano colectivo, de ahí que considerara a la
sociedad como un ser que sólo en conjunto y en unidad, podría funcionar como
una verdadera máquina organizada. Razón demás para proponer la unidad de las
ciencias, porque finalmente éstas provenían del esfuerzo humano colectivo,
tanto espiritual como material, es decir, de los avances en el conocimiento
como en la producción, lo que en último término llevaría a las sociedades a un
estado positivo o de actividad. No obstante,
salta a la vista que para este hombre, la unidad de las ciencias naturales y
humanas equivalía a decir que los hombres en sociedad podrían estudiarse de
acuerdo a la aplicación de ciertas leyes de comportamiento ligado a la
necesidad de destruir los gobiernos encabezados por los legisladores, quienes
en definitiva habían llevado a las sociedades al desorden.
En
1803, cuando publicó su obra Letters d’ un habitant de Genéve á ses
contemporains, Saint-Simon se propuso “reorganizar la sociedad sobre bases
científicas”, ahí llegó a especificar que la sociedad debía “...estar gobernada
por científicos y artistas...” (Saint-Simon 15). Los primeros procurarían el
bienestar material y los segundos el desarrollo mental. Para Saint-Simon, el
avance de la actividad científica dependía de dos premisas: de la condición
experimental aplicable al desarrollo de la actividad social y del
establecimiento de leyes sobre la misma sociedad. De ahí su particular interés
por el conocimiento de la historia, “...el estudio de la historia conduce, a mi
modo de ver, a la convicción de que todos los acontecimientos importantes
tienden hacia la misma meta -la civilización de la humanidad-” (Ionescu 24).
A
ojos saintsimonianos cabría plantear si lo antes expuesto equivalía a decir que existía la posibilidad
de establecer tablas de comportamiento social que entrañaran respuestas a las
acciones humanas a través del tiempo y en las cuales la observación de las
conductas pasadas fueran sustanciales para el establecimiento de datos
estadísticos. De ser así, ¿hasta dónde Saint-Simon percibió que las sociedades
americanas y europeas tendrían patrones de comportamiento similares? Y ¿hasta
dónde existió en Saint-Simon una preocupación por el estudio de la naturaleza
de las sociedades donde intervienen la intencionalidad de los hombres que
pueden alterar el curso de la historia? ¿Fueron las teorías de Saint-Simon la
inspiración del modelo deductivo-nomológico de Carl Hempel?
Después
de la Revolución Francesa, las corrientes posrevolucionarias del pensamiento francés,
giraron en torno de una rehabilitación intelectual y social. En aquel momento
se pretendieron establecer leyes del movimiento de la civilización, así como
Isaac Newton había instituido los principios de la física “...era newtoniano
todo lo que trata de sistema de leyes...” (Ilya y Stenger 32)
Saint-Simon fue uno de los tres pensadores que dijeron haber encontrado las
leyes del desarrollo social con el propósito de remodelar la sociedad sobre
principios científicos generales. Los otros dos pensadores que dijeron haber
encontrado las leyes del desarrollo social fueron: Charles Fourier, en cuya ley
de Atracción Pasional planteaba que las pasiones humanas habían sido causa de
las desgracias y por lo tanto había que convertirlas en fuente de felicidad y,
A. Comte, quien estableció la ley de los tres estadios, estadio teológico,
metafísico y positivo o científico. (Bury
252-263)
Ahora,
¿cuáles eran esas leyes del desarrollo? Pues nada menos que una especie de
modelo deductivo-nomológico. Es decir, que en base a las vivencias pasadas y
situaciones presentes ocurridas, se asumiría que acontecería un determinado
futuro.
“Sí ... entonces”
No
obstante, si algo destaca en este modelo es que estuvo pensada en función de
una sociedad gobernada por industriales y científicos, esto nos dice que no se
trataba de cualquier tipo de sociedad.
La
ley propuesta por el Conde, que además respondía a lo promovido por Napoleón
sobre el balance del progreso de la ciencia desde 1789, consideraba dos épocas
en la historia: “las épocas críticas (necesarias para eliminar las
“fosilizaciones” sociales) y las épocas orgánicas” o de construcción. (Ferrater
2915) Saint-Simon vio en la historia los factores determinantes para la
comprensión de las sociedades y sus cambios con el paso del tiempo. La historia
estaba considerada en función del desarrollo industrial y la industria no era
sino producción, por lo tanto, todo cambio social implicaría un cambio en los
sistemas de propiedad.
A
juicio de Saint-Simon, la sociedad y en específico el hombre debía tener la
capacidad de dominar la naturaleza y una vez dominada, llegar a un estado
positivo, entendiendo lo positivo como el estado activo, inmanente y autónomo.
(Gurvitch 39) En otras palabras, lo que este hombre pretendía era observar
como las sociedades se habían comportado en el pasado, para luego comparar su
comportamiento presente ante los fenómenos que ocurrían y sobre esas
observaciones elaborar un estudio de las sociedades en acción. Es decir,
Saint-Simon estaba buscando una ciencia enfocada a la sociedad activa, buscaba
una sociología que pudiera establecer parámetros de comportamiento de los
hombres en sociedad, todo con la finalidad de vaticinar el futuro, donde entre
otras cosas intervenía el factor económico.
Debido
a que la revolución industrial y la revolución política de 1789 trastornaron el
sistema institucional existente en la sociedad europea, Saint-Simon se enfrentó
a las crisis que atravesaba la sociedad y con ello a la dificultad de llevar a
cabo una reorganización social. Básicamente durante este período los hombres
pasaron por una metamorfosis política, social y técnica como resultado de las
distintas etapas transcurridas, desde formas de vida feudal, hasta las
revoluciones políticas y luego las sociedades industriales. Las instituciones
anteriores a la Revolución, resultaban anticuadas y destructivas porque no
promovían el crecimiento industrial, de ahí la necesidad por hacer una
reestructuración social que promoviera el desarrollo humano bajo una ley común,
una ley universal, la de la demostración y predicción y que por supuesto
privilegiaba a la administración de las cosas más que el gobierno de los
hombres.
Si
reparamos en esa observación saintsimoniana nos daremos cuenta que esta forma
de pensar no estuvo muy lejos de la política mexicana del siglo XIX y en
especial del gobierno de Porfirio Díaz, cuando la corriente positivista hizo
acto de presencia y cuando se aseveraba que en México era más conveniente la
administración que la política.
El
modelo político de la nueva sociedad industrial de Saint-Simon, estaría basado
en la industria y sobre todo en los industriales o productores o gente
trabajadora, quienes ocuparían el primer lugar dentro del rango funcional.
Ellos se encargarían de dirigir la fortuna pública, además de ser los
sustitutos del gobierno de los hombres. A juicio de Saint-Simon, eran
industriales los agricultores, herreros, carreteros, cerrajeros, fabricantes de
calzado, etc., y eran zánganos o inútiles la nobleza, los militares, el clero y
la gente no trabajadora. (Droz 340) Esta clase industrial sería finalmente la
que asumiría el poder político y la que trabajaría por la prosperidad general,
mientras que los sabios o los estudiosos asumirían el poder espiritual o el de
la demostración.
...porque en una sociedad ilustrada la fuerza de las leyes y la de
los militares para hacer obedecer la ley no deben ser empleadas mas que contra
aquellos que pretendiesen trastornar la administración. (Saint-Simon 86)
Los
siguientes niveles de acuerdo a las tres Cámaras políticas previstas eran:
Cámara de invención, integrada por ingenieros, poetas, escritores y artistas
encargados de los proyectos de trabajo anuales y las fiestas públicas; Cámara
de examen, formada por los fisiólogos, físicos y matemáticos; Cámara de ejecución,
integrada por los dirigentes de las empresas industriales, agrícolas y
bancarias. Las clases inferiores estarían a disposición de los industriales. A
lo cual, surge la pregunta, ¿fue bajo esta visión de la sociedad que Aldous
Huxley se inspiró para escribir su novela, Mundo feliz, donde se
describe una sociedad perfectamente planeada al grado de convertirse en una
sociedad monótona e insensible?
Tal
modelo de sociedad moderna elevaría a posiciones de autoridad a los expertos
profesionales, en otras palabras a los que disponían de riqueza y que más
adelante se identificarían como capitalistas. Saint-Simon previó una sociedad
futura con clases, en la que supuso una estratificación social. Pero si algo es
importante, es que Saint-Simon realizó sus teorías a partir del estudio de la
historia de las civilizaciones, es decir de la observación de los diversos
estados por los cuales habían pasado los hombres, las ciencias y las
metodologías de éstas y en función de ello Saint-Simon pronosticó que lo conveniente
para las sociedades era priorizar la industria. Para este hombre, la historia
de las civilizaciones era la historia de la vida de la especie humana,
situación que llegó a comparar con la fisiología de las civilizaciones en sus
distintas edades. (Gurvitch 44)
Ahora,
porque es relevante la visión saintsimoniana de la sociedad y de la historia,
principalmente porque es precursor del capitalismo, del conocimiento
positivista y de la cientificidad de las ciencias, será la inspiración de Carl
Marx y de August Comte. Será también uno de los que precisen el estudio de las
sociedades del siglo XIX a partir de una división de clases y uno de los que
inicien el estudio de las sociedades en acción, esto es, la sociología.
Para
Saint-Simon, el industrialismo sería causa de la armonía entre las clases bajo
la concepción general del bien social. En esa sociedad, todos los hombres
ocuparían una posición en la clase productora y en esa sociedad a su vez no
cabría la miseria, la desocupación, ni la violencia, así lo demostró en el Catecismo
político de los industriales (1823-1824).
...y cuando se obtenga este resultado, la tranquilidad quedará
completamente asegurada, la prosperidad pública avanzar con toda la
rapidez posible, y la sociedad disfrutar de toda la felicidad individual y
colectiva a la que la naturaleza humana pueda aspirar. (Gurvitch 84)
Saint-Simon
se proclamó ateo y materialista, razón para no involucrar en las ciencias
físicas y en la ciencia de la producción o verdadera política, la idea de Dios.
Esa política resultaría sagrada y se inculcaría en los hombres desde su
infancia como un nuevo cristianismo. La nueva religión o nueva ciencia
elaborada por el Conde, se encargaría de dirigir a la sociedad hacia un
objetivo: mejorar la situación de los más desprovistos, organizar a la
sociedad, asegurar el trabajo y desarrollar la inteligencia. Bajo tales
fundamentos creó su obra El nuevo cristianismo (1824), donde sostuvo
como único principio básico del cristianismo, la hermandad entre los hombres.
En
esta nueva religión los hombres serían guiados por los pensadores más sabios de
la sociedad, los científicos y los artistas y no por teólogos. Ellos se
encargarían de formular y difundir las creencias importantes y de aprovechar
los avances científicos e industriales en beneficio de la sociedad moderna. El
nuevo cristianismo saintsimoniano, tomaba en cuenta tres grandes aspectos de la
actividad social: en primer término la religión o la moral (la política), en
segundo la teología o la ciencia (los avances en el saber humano) y en tercero
el culto o la industria (rectora de la sociedad por su capacidad de acción). (Droz 348)
Quedaba
establecido entonces que el modelo social del Conde de Saint-Simon se basaba en
los progresos industriales porque sólo a través del trabajo productivo se
accedería a la felicidad común. Por otra parte, los avances en el saber humano
o los avances científicos servirían de mejora en la calidad de vida de todos
los hombres. El pasado, dentro de la organización social quedaría como experiencia;
el presente, de aplicación de los conocimientos adquiridos, de transición y el
futuro serviría a las generaciones industriales posteriores de mejora en la
administración de la riqueza pública. De esta forma parecía que para
Saint-Simon lo único que contaría en las sociedades futuras sería aquello que
aprobara las leyes del comportamiento humano basado en modelos industriales y a
su vez, aquello de lo cual se estuviera absolutamente seguro acontecería.
Ahora,
puede verse que si algo fallaba dentro del modelo propuesto por el Conde es
seguro que no se incluiría como un comportamiento científico. Es decir, el
conocimiento de lo humano se explicaría a partir de leyes científicas y sólo a
través de ellas se progresaría en las civilizaciones futuras. Sin embargo, ¿qué
pasaría con esa clase de hombres o de ociosos que se dedicaban a legislar y a
predicar las religiones?, ¿en dónde tendrían cabida? Y, ¿en esa nueva sociedad
no se formaría acaso una lucha entre dominados y dominadores?
Años
después de su muerte en 1825, los seguidores de Saint-Simon retomaron sus ideas
y formaron la Escuela de Saint-Simon o saintsimoniana, vieron en el Nuevo
Cristianismo el testamento de su maestro. El saintimonismo fue presentado como
una filosofía, una ciencia y una nueva religión, cuya misión era unir al mundo
mediante el trabajo; deber y función de cada hombre. Tras convertirse la
Escuela en Iglesia, sus tres seguidores: Olinde Rodriguez (1796-1864),
Saint-Amand Bazard (1791-1832) y Prosper Enfatin (1796-1864), intentaron llevar
a cabo el modelo social, pero ésta no prosperó.
Aunque
en este trabajo únicamente se hace mención del saintsimonismo, es necesario
aclarar que los integrantes de estas sectas atacaron “la propiedad (la
herencia), de defender el amor libre (rechazan el matrimonio cristiano y
algunos de ellos eran partidarios de uniones que terminasen a voluntad) y de
ser conspiradores políticos inclinados a derrocar el gobierno”. (Cole 61) Problemas que estuvieron presentes a lo
largo del siglo XIX no solamente en Europa sino también en otros países como
México.
Para concluir
Saint-Simon nunca
propuso un anarquismo, fascismo, comunismo, ni socialismo. Su obra no es
considerada una ciencia sociológica o política. El Conde de Saint-Simon propuso
un modelo y unas leyes, pero no realizó un análisis científico y una
investigación empírica debido a que no podía practicar y experimentar aquel
modelo de sociedad todavía no formado. Lo que guarda mayor importancia es que
proyectó un modelo político de sociedad futura y que tras de él se formularon
una serie de ideologías y teorías propuestas por otros pensadores que retomaron
ideas del sistema saintsimoniano, al igual que Saint-Simon retomó de otros.
Fue
del interés de Saint-Simon la aplicación de sus conocimientos a determinadas
ciencias como la fisiología, para la organización de la sociedad. Y así como
esta ciencia se dedica al estudio de las funciones de cada uno de los órganos
de los seres vivos, así también se pretendía estudiar cada parte de la
sociedad. El propósito de Saint-Simon fue desarrollar una ciencia de la
humanidad mediante el análisis de la relación de la sociedad y el sistema
industrial, pretendió además comprender su realidad moderna y futura
transformada bajo este sistema.
Para
interpretar la obra en general de Saint-Simon es necesario conocer el momento
histórico en el que fue escrita. El siglo XIX fue una época orgánica, de
transición, de cambios. Y necesario fue en Saint-Simon moldear ese período bajo
condiciones científicas, pero sobre la experiencia anterior. El desarrollo de
la sociedad durante el siglo XIX, debió marchar a la par de los descubrimientos
científicos, de ahí que mejorar la calidad de vida de los hombres, expandir el
intelecto y buscar siempre la felicidad común a través del buen funcionamiento
de la sociedad, fue una de las premisas de Saint-Simon.
MODELO POLÍTICO DE LA NUEVA
SOCIEDAD INDUSTRIAL DE SAINT-SIMON
INDUSTRIALES
--------------
Rectores
de la sociedad, por su capacidad de acción
y
sustitutos del gobierno de los hombres
Cámara de
invención
---------------------
Ingenieros -
Poetas - Escritores
- Artistas
encargados
de los proyectos anuales de los grandes
trabajos y
las grandes fiestas públicas
Cámara de
examen
-------------------
Fisiólogos - Físicos -
Matemáticos
encargados
del desarrollo científico y saber humano
Cámara de
ejecución
----------------------
Dirigentes
de empresas industriales, agrícolas y bancarias
encargados
de asegurar los planes aprobados
por las
otras dos Cámaras
Clases inferiores
--------------------
Proletariados
trabajan a
disposición de los industriales
Clase no
productiva, los parásitos
------------------------------------
Militares -
Juristas - Propietarios Privados -
Nobleza
Esta organización social estaría sometida a:
a) La ley común o ley universal de
épocas críticas y épocas orgánicas.
b) La nueva religión que tendría
por objeto formular y difundir creencias importantes para una sociedad capaz de
aprovechar las fuerzas de la ciencia y la industria.
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